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Capitulo 22

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me han hecho la manicura, me han dado un masaje y me he tomado dos copas de champán. La sala VIP tiene muchas ventajas. Con cada sorbo de Moët, me siento un poco más inclinado a perdonar a Jongin por su intervención. Abro el MacBook con la confianza de poner a prueba la teoría de que funciona en cualquier parte del planeta.



  De: Xiao Luhan Fecha: 30 de junio de 2014 21:53 Para: Kim Jongin Asunto: Detalles superextravagantes
Querido señor Kim: Lo que verdaderamente me alarma es cómo has sabido qué vuelo iba a coger. Tu tendencia al acoso no conoce límites. Espero que el doctor Flynn haya vuelto de vacaciones. Me han hecho la manicura, me han dado un masaje en la espalda y me he tomado dos copas de champán, una forma agradabilísima de empezar mis vacaciones. Gracias.
Lu

 De: Kim Jongin Fecha: 30 de Junio de 2014 21:59 Para: Luhan Asunto: No se merecen
Querido joven Xiao: El doctor Flynn ha vuelto y tengo cita con él esta semana. ¿Quién le ha dado un masaje en la espalda?

Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc., con amigos en los sitios adecuados.

¡Ajá! Hora de vengarse. Ya han llamado a nuestro vuelo, así que ahora podré contestarle desde el avión. Será más seguro. Estoy a punto de abrazarme de perversa alegría.


Hay muchísimo sitio en primera. Con un cóctel de champán en la mano, me instalo en el suntuoso asiento de cuero junto a la ventanilla mientras la cabina empieza a llenarse poco a poco. Llamo a Teuk para decirle dónde estoy; una llamada compasivamente breve, porque es muy tarde para él.

—Te quiero, papá —susurro.

—Y yo a ti, Luhani. Saluda a tu madre. Buenas noches.

—Buenas noches.

Cuelgo.

Teuk está en buena forma. Miro mi Mac y, con el mismo regocijo infantil creciente, lo abro y entro en el programa de correo.



   De: Xiao Luhan Fecha: 30 de junio de 2014 22:22 Para: Kim Jongin Asunto: Manos fuertes y capaces 

Querido señor: Me ha dado un masaje en la espalda un joven muy agradable. Verdaderamente agradable. No me habría topado con Jean-Paul en la sala de embarque normal, así que te agradezco de nuevo el detalle. No sé si me van a dejar mandar correos cuando hayamos despegado; además, necesito dormir para estar guapo, porque últimamente no he dormido mucho. Dulces sueños, señor Kim… pienso en ti.
Lu

 

Uf, cómo se va a enfadar… y estaré en el aire, lejos de su alcance. Le está bien empleado. Si hubiera estado en la sala de embarque normal, Jean-Paul no me habría puesto las manos encima. Era un joven muy agradable, de esos rubios y permanentemente bronceados; en serio, ¿quién puede estar bronceado en Seul? Qué absurdo. Creo que era hetero, pero eso me lo guardo para mí. Me quedo mirando el correo. Tae tiene razón. Con él, es como pescar en una pecera. Mi subconsciente me mira con la boca espantosamente torcida: ¿en serio quieres provocarlo? ¡Lo que ha hecho es un detallazo, lo sabes! Le importas y quiere que viajes por todo lo alto. Sí, pero me lo podía haber preguntado, o habérmelo dicho, y no hacerme quedar como un auténtico lelo en el mostrador de facturación. Pulso la tecla de envío y espero, sintiéndome un niño muy malo.

—Joven Xiao, tiene que apagar el portátil durante el despegue —me dice amablemente una azafata super-maquillada.

Me da un susto de muerte. Mi conciencia culpable me castiga.

—Ah, lo siento.

Mierda. Ahora me va a tocar esperar para saber si me ha contestado. La azafata me da una manta suave y una almohada, mostrándome su dentadura perfecta. Me echo la manta por las rodillas. Es agradable que te mimen de vez en cuando.

La primera clase se ha llenado, salvo el asiento de al lado del mío, que sigue sin ocupar. Ay, no. Se me pasa una idea perturbadora por la cabeza. Igual ese sitio es el de Jongin. Mierda, no, no será capaz. ¿O sí? Le dije que no quería que viniera conmigo. Miro impaciente el reloj y entonces la voz mecánica del personal de pista anuncia: «Tripulación: armar rampas y cross check».

¿Qué significa eso? ¿Van a cerrar las puertas? Siento que se me eriza el vello mientras espero sentado con palpitante inquietud. El asiento de al lado del mío es el único desocupado de los dieciséis de la cabina de primera. El avión arranca con una sacudida y yo suspiro de alivio, pero también siento una leve punzada de desilusión: no habrá Jongin en cuatro días. Miro de reojo el BlackBerry.



   De: Kim Jongin Fecha: 30 de junio de 2014 22:25 Para: Xiao Luhan Asunto: Disfruta mientras puedas
Querido joven  Xiao: Sé lo que se propone y, créame, lo ha conseguido. La próxima vez irá en la bodega de carga, atado, amordazado y metido en un cajón. Le aseguro que encargarme de que viaje en esas condiciones me producirá muchísimo más placer que cambiarle el billete por uno de primera clase. Espero ansioso su regreso.
Kim Jongin Presidente de mano suelta de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

Dios mío. Ese es el problema del humor de Jongin, que nunca estoy seguro de si bromea o si está enfadadísimo. Sospecho que, en esta ocasión, está enfadadísimo. Subrepticiamente, para que no me vea la azafata, tecleo una respuesta bajo la manta.



   De: Xiao Luhan Fecha: 30 de junio de 2014 22:30 Para: Kim Jongin Asunto: ¿Bromeas?

 ¿Ves?, no tengo ni idea de si estás bromeando o no. Si no bromeas, mejor me quedo en Incheon. Los cajones están en mi lista de límites infranqueables. Siento haberte enfadado. Dime que me perdonas.
Luhan

   De: Kim Jongin Fecha: 30 de junio de 2014 22:31 Para: Xiao Luhan Asunto: Bromeo
¿Cómo es que estás mandando correos? ¿Estás poniendo en peligro la vida de todos los pasajeros, incluida la tuya, usando electrónico BlackBerry? Creo que eso contraviene una de las normas.
Kim Jongin Presidente de manos sueltas (ambas) de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

¡Ambas! Guardo el BlackBerry, me recuesto en el asiento mientras el avión entra en pista y saco mi ejemplar de Tess… una lectura ligera para el viaje. Una vez en el aire, echo mi asiento para atrás y no tardo en quedarme dormido.

La azafata me despierta cuando iniciamos el descenso en Gyeyang-gun. Son las 5.45 h, hora local, pero solo he dormido unas cuatro horas o así. Estoy grogui, pero agradezco el zumo de naranja que me ofrece la azafata. Miro nervioso el BlackBerry. No hay más correos de Jongin. Bueno, son casi las tres de la mañana en Seúl, y seguramente quiere evitar que me cargue los sistemas de navegación o lo que sea que impide que vuelen los aviones cuando hay móviles encendidos.


La espera en  Gyeyang-gun  es de solo una hora. Y de nuevo disfruto del refugio de la sala VIP. Me siento tentado de dormirme acurrucado en uno de esos sofás tan blanditos que se hunden suavemente bajo mi peso, pero no voy a estar aquí tanto rato. Para mantenerme despierto, inicio en el portátil un interminable monólogo interior dirigido a Jongin.



   De: Xiao Luhan Fecha: 30 de junio de 2014 06:52 Para: Kim Jongin Asunto: ¿Te gusta asustarme?
Sabes cuánto me desagrada que te gastes dinero en mí. Sí, eres muy rico, pero aun así me incomoda; es como si me pagaras por el sexo. No obstante, me gusta viajar en primera —mucho más civilizado que el autocar—, así que gracias. Lo digo en serio, y he disfrutado del masaje de Jean-Paul, que era hetero. He omitido ese detalle en mi correo anterior para provocarte, porque estaba molesto contigo, y lo siento. Pero, como de costumbre, tu reacción es desmedida. No me puedes decir esas cosas (atado y amordazado en un cajón; ¿lo decías en serio o era una broma?), porque me asustan, me asustas. Me tienes completamente cautivado, considerando la posibilidad de llevar contigo un estilo de vida que no sabía ni que existía hasta la semana pasada, y vas y me escribes algo así, y me dan ganas de salir corriendo espantado. No lo haré, desde luego, porque te echaría de menos. Te echaría mucho de menos. Quiero que lo nuestro funcione, pero me aterra la intensidad de lo que siento por ti y el camino tan oscuro por el que me llevas. Lo que me ofreces es erótico y sensual, y siento curiosidad, pero también tengo miedo de que me hagas daño, física y emocionalmente. A los tres meses, podrías pasar de mí y ¿cómo me quedaría yo? Claro que supongo que ese es un riesgo que se corre en cualquier relación. Esta no es precisamente la clase de relación que yo imaginaba que tendría, menos aún siendo la primera. Me supone un acto de fe inmenso. Tenías razón cuando dijiste que no hay una pizca de sumisión en mí, y ahora coincido contigo. Dicho esto, quiero estar contigo, y si eso es lo que tengo que hacer para conseguirlo, me gustaría intentarlo, aunque me parece que lo haré de pena y terminaré lleno de moratones… y la idea no me atrae en absoluto. Estoy muy contento de que hayas accedido a intentar darme más. Solo me falta decidir lo que entiendo por «más», y esa es una de las razones por las que quería distanciarme un poco. Me deslumbras de tal modo que me cuesta pensar con claridad cuando estamos juntos. Nos llaman para embarcar. Tengo que irme. Luego más.
Tu Lu

 

Le doy a la tecla de envío y me dirijo medio adormilado a la puerta de embarque para subirme a otro avión. Este solo tiene seis asientos en primera y, en cuanto despegamos, me acurruco bajo mi suave manta y me quedo dormido.

Tras un sueño demasiado corto me despierta la azafata con más zumo de naranja, ya que iniciamos la aproximación al Jung-gu  Incheon Intl. Airport. Sorbo despacio, exhaustos, y me permito sentir un poco de emoción. Voy a ver a mi madre después de seis meses. Mirando de reojo el BlackBerry, recuerdo que le he enviado un largo y farragoso correo a Jongin, pero no hay respuesta. Son las cinco de la madrugada en Seul; con un poco de suerte, aún estará dormido y no interpretando alguna pieza lúgubre al piano.


Lo bueno de las mochilas de cabina es que uno puede salir volando del aeropuerto sin tener que esperar una eternidad junto a las cintas de equipaje. Lo bueno de viajar en primera es que te dejan bajar del avión antes que a nadie.

Mi madre me espera con Yunsu, y estoy encantado de verlos. No sé si es por el agotamiento, por el largo viaje o por toda la situación con Jongin, pero en cuanto estoy en los brazos de mi madre me echo a llorar.

—Ay, Lu, cielo. Debes de estar muy cansado.

Mira inquieta a Yunsu.

—No, mamá, es que… me alegro mucho de verte.

La abrazo con fuerza.

Me hace sentir tan bien, tan protegidao, como en casa. La suelto a regañadientes y Yunsu me da un incómodo abrazo con un solo brazo. No parece tenerse bien en pie, y entonces recuerdo que se ha hecho daño en una pierna.

—Bienvenido a casa, Lu. ¿Por qué lloras? —pregunta.

—Oh, Yunsu, también me alegro de verte a ti.

Contemplo su apuesto rostro de mandíbula cuadrada y sus chispeantes ojos cafes que me miran con cariño. Me gusta este marido, mamá. Te lo puedes quedar. Me coge la mochila.

—Por Dios, Lu, ¿qué llevas aquí?

Será el Mac. Los dos me agarran por la cintura mientras nos dirigimos al aparcamiento.

Siempre olvido el calor insoportable que hace en Ongji-gun. Al salir de los confines refrigerados de la terminal de llegadas, nos cae encima la manta de calor de Incheon. Buf… Es agotador. Tengo que zafarme de los brazos de mamá y de Yunsu para quitarme la sudadera con capucha. Menos mal que me he traído pantalones cortos. A veces echo de menos el calor seco de Apgujeong, donde viví con mamá y Yunsu cuando tenía diecisiete años, pero a este calor húmedo, incluso a las ocho y media de la mañana, cuesta acostumbrarse. Cuando me encuentro al fin en el asiento de atrás del Tahoe de Yunsu, maravillosamente refrigerado, me quedo sin fuerzas, y el pelo se me empieza a encrespar a causa del calor. Desde el monovolumen, les envío un mensaje rápido a Teuk, a Tae y a Jongin:


*He llegado sano y salvo a Ongji-gun. L :)*

 


De pronto pienso en Sehun mientras pulso la tecla de envío y, en medio de la neblina de mi fatiga, recuerdo que su exposición es la semana que viene. ¿Debería invitar a Jongin, sabiendo que no le cae bien Sehun? ¿Aún querrá verme Jongin después del e-mail que le he mandado? Me estremezco de pensarlo, y me lo quito de la cabeza. Ya me ocuparé de eso luego. Ahora voy a disfrutar de la compañía de mi madre.

—Cielo, debes de estar cansado. ¿Quieres dormir un rato cuando lleguemos a casa?

—No, mamá. Me apetece ir a la playa.


Llevo mi traje de pantalonsillo azul , mientras sorbo una Coca-Cola light tumbado en una hamaca mirando el océano Atlántico. Y pensar que ayer, sin ir más lejos, contemplaba el Sound abriéndose al Pacífico. Mi madre gandulea a mi lado, protegiéndose del sol con un sombrero flexible desmesuradamente grande y unas gafas de sol enormes, tipo Jackie O, sorbiendo su propia Coca-Cola. Estamos en la playa de Eurwangni, a tres manzanas de casa. Me tiene cogido de la mano. Mi fatiga ha disminuido y, mientras me empapo de sol, me siento a gusto, seguro y animado. Por primera vez en una eternidad, empiezo a relajarme.

—Bueno, Lu… háblame de ese hombre que te tiene tan loco.

¡Loco! ¿Cómo lo sabe? ¿Qué le digo? No puedo hablar de Jongin con mucho detalle por el acuerdo de confidencialidad, pero, en cualquier caso, ¿le hablaría a mi madre de él? Palidezco de pensarlo.

—¿Y bien? —insiste, y me aprieta la mano.

—Se llama Jongin. Es guapísimo. Es rico… demasiado rico. Es muy complicado y temperamental.

Sí, me siento tremendamente orgulloso de mi definición escueta y precisa. Me vuelvo de lado para mirarla, justo cuando ella hace lo mismo. Me mira con sus ojos de un azul transparente.

—Centrémonos en lo de complicado y temperamental.

Oh, no…

—Sus cambios de humor me confunden, mamá. Tuvo una infancia difícil y es muy cerrado, es muy difícil entenderle.

—¿Te gusta?

—Más que eso.

—¿En serio? —me dice, mirándome boquiabierta.

—Sí, mamá.

—En realidad, cielo, los hombres así no son complicados. Son criaturas muy simples y cuadriculadas. Por lo general dicen lo que quieren decir. Y  nos pasamos horas intentando analizar lo que han dicho, cuando lo cierto es que resulta obvio. Yo, en tu lugar, me lo tomaría al pie de la letra. Igual te ayuda.

La miro alucinado. Parece un buen consejo. Tomarme a Jongin al pie de la letra. Enseguida me vienen a la cabeza algunas de las cosas que me ha dicho.

«No quiero perderte…»

«Me tienes embrujado…»

«Me tienes completamente hechizado…»

«Yo también te voy a echar de menos, más de lo que te imaginas…»

Miro a mi madre. Ella se ha casado cuatro veces. A lo mejor sí sabe algo de los hombres, después de todo.

—Casi todos los hombres son volubles, cariño, algunos más que otros. Mirate a ti o a tu padre, por ejemplo…

Se le ablanda y entristece la mirada siempre que piensa en mi padre. En mi verdadero padre, ese hombre mítico al que no llegué a conocer y al que nos arrebataron de forma tan cruel, siendo marine, en unas maniobras de combate. En parte, creo que mamá ha estado buscando a alguien como él todo este tiempo; puede que ya haya encontrado en Yunsu lo que buscaba. Lástima que no lo encontrara en Teuk.

—Yo solía pensar que tu padre era voluble, pero ahora, cuando vuelvo la vista atrás, pienso que solamente estaba demasiado agobiado con su trabajo e intentando ganarse la vida para mantenernos. —Suspira—. Era tan joven… los dos lo éramos. Igual ese fue el problema.

Mmm… Jongin no es precisamente viejo. Sonrío cariñoso a mi madre. Se pone muy sentimental cuando habla de mi padre, pero estoy seguro de que los cambios de humor del marine no tenían nada que ver con los de Jongin.

—Yunsu quiere llevarnos a cenar esta noche. A su club de golf.

—¡No me digas! ¿ Yunsu ha empezado a jugar al golf? —pregunto en tono burlón e incrédulo.

—Dímelo a mí —gruñe mi madre, poniendo los ojos en blanco.


Tras un almuerzo ligero de vuelta en casa, empiezo a deshacer la mochila. Me voy a obsequiar con una siesta. Mamá se ha ido a moldear velas o lo que sea que haga con ellas, y Yunsu está en el trabajo, así que tengo un rato para recuperar horas de sueño. Abro el Mac y lo enciendo. Son las dos de la tarde en Incheon, las once de la mañana en Seul. Me pregunto si Jongin me habrá contestado. Nervioso, abro el correo.



   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 07:30 Para: Xiao Luhan Asunto: ¡Por fin!
Luhan: Me fastidia que, en cuanto pones distancia entre nosotros, te comuniques abierta y sinceramente conmigo. ¿Por qué no lo haces cuando estamos juntos? Sí, soy rico. Acostúmbrate. ¿Por qué no voy a gastar dinero en ti? Le hemos dicho a tu padre que soy tu novio. ¿No es eso lo que hacen los novios? Como amo tuyo, espero que aceptes lo que me gaste en ti sin rechistar. Por cierto, díselo también a tu madre. No sé cómo responder a lo que me dices de que te sientes como una puta. Ya sé que no me lo has dicho con esas palabras, pero es lo mismo. Ignoro qué puedo decir o hacer para que dejes de sentirte así. Me gustaría que tuvieras lo mejor en todo. Trabajo muchísimo, y me gusta gastarme el dinero en lo que me apetezca. Podría comprarte la ilusión de tu vida, Luhan, y quiero hacerlo. Llámalo redistribución de la riqueza, si lo prefieres. O simplemente ten presente que jamás pensaría en ti de la forma que dices y me fastidia que te veas así. Para ser un joven tan guapo, ingenioso e inteligente, tienes verdaderos problemas de autoestima y me estoy pensando muy seriamente concertarte una cita con el doctor Flynn. Siento haberte asustado. La idea de haberte inspirado miedo me resulta horrenda. ¿De verdad crees que te dejaría viajar como una presa? Te he ofrecido mi jet privado, por el amor de Dios. Sí, era una broma, y muy mala, por lo visto. No obstante, la verdad es que imaginarte atado y amordazado me pone (esto no es broma: es cierto). Puedo prescindir del cajón; los cajones no me atraen. Sé que no te agrada la idea de que te amordace; ya lo hemos hablado: cuando lo haga —si lo hago—, ya lo hablaremos. Lo que parece que no te queda claro es que, en una relación amo/sumiso, es el sumiso el que tiene todo el poder. Tú, en este caso. Te lo voy a repetir: eres tú el que tiene todo el poder. No yo. En la casita del embarcadero te negaste. Yo no puedo tocarte si tú te niegas; por eso debemos tener un contrato, para que decidas qué quieres hacer y qué no. Si probamos algo y no te gusta, podemos revisar el contrato. Depende de ti, no de mí. Y si no quieres que te ate, te amordace y te meta en un cajón, jamás sucederá. Yo quiero compartir mi estilo de vida contigo. Nunca he deseado nada tanto. Francamente, me admira que un joven tan inocente como tú esté dispuesto a probar. Eso me dice más de ti de lo que te puedas imaginar. No acabas de entender, pese a que te lo he dicho en innumerables ocasiones, que tú también me tienes hechizado. No quiero perderte. Me angustia que hayas cogido un avión y vayas a estar a casi cinco mil kilómetros de mí varios días porque no puedes pensar con claridad cuando me tienes cerca. A mí me pasa lo mismo, Luhan. Pierdo la razón cuando estamos juntos; así de intenso es lo que siento por ti. Entiendo tu inquietud. He intentado mantenerme alejado de ti; sabía que no tenías experiencia —aunque jamás te habría perseguido de haber sabido lo inocente que eras—, y aun así me desarmas por completo como nadie lo ha hecho antes. Tu correo, por ejemplo: lo he leído y releído un montón de veces, intentando comprender tu punto de vista. Tres meses me parece una cantidad arbitraria de tiempo. ¿Qué te parece seis meses, un año? ¿Cuánto tiempo quieres? ¿Cuánto necesitas para sentirte cómodo? Dime. Comprendo que esto es un acto de fe inmenso para ti. Debo ganarme tu confianza, pero, por la misma razón, tú debes comunicarte conmigo si no lo hago. Pareces fuerte e independiente, pero luego leo lo que has escrito y veo otro lado tuyo. Debemos orientarnos el uno al otro, Luhan, y solo tú puedes darme pistas. Tienes que ser sincero conmigo y los dos debemos encontrar un modo de que nuestro acuerdo funcione. Te preocupa no ser dócil. Bueno, quizá sea cierto. Dicho esto, debo reconocer que solo adoptas la conducta propia de un sumiso en el cuarto de juegos. Parece que ese es el único sitio en el que me dejas ejercer verdadero control sobre ti y el único en el que haces lo que te digo. «Ejemplar» es el calificativo que se me ocurre. Y yo jamás te llenaría de moratones. Me va más el rosa. Fuera del cuarto de juegos, me gusta que me desafíes. Es una experiencia nueva y refrescante, y no me gustaría que eso cambiara. Así que sí, dime a qué te refieres cuando me pides más. Me esforzaré por ser abierto y procuraré darte el espacio que necesitas y mantenerme alejado de ti mientras estés en Incheon. Espero con ilusión tu próximo correo. Entretanto, diviértete. Pero no demasiado.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

Madre mía. Ha escrito una redacción como las del colegio, y casi todo lo que dice es bueno. Con el corazón en la boca, releo su epístola y me acurruco en la cama del cuarto de invitados prácticamente abrazado a mi Mac. ¿Que prorroguemos nuestro contrato a un año? ¡Que soy yo el que tiene el poder! Voy a tener que meditar sobre eso. Que me lo tome al pie de la letra, eso es lo que me ha dicho mamá. No quiere perderme. ¡Ya me lo ha dicho dos veces! También, que quiere que esto funcione. ¡Ay, Jongin, y yo! ¡Que va a procurar mantenerse alejado! ¿Significa eso que a lo mejor no lo consigue? De pronto, deseo que así sea. Quiero verlo. No llevamos separados ni veinticuatro horas, y al pensar que voy a estar cuatro días sin él me doy cuenta de lo mucho que lo echo de menos. De lo mucho que lo quiero.


  

 


—Lu, cielo —me dice una voz suave y cálida, llena de amor y de dulces recuerdos de tiempos pasados.

Una mano suave me acaricia la cara. Mi madre me despierta y yo estoy abrazado al portátil, cogido a él como una lapa.

—Lu, cariño —sigue con su voz suave y cantarina mientras resurjo del sueño, parpadeando a la pálida luz rosada del atardecer.

—Hola, mamá.

Me desperezo y sonrío.

—Nos vamos a cenar en media hora. ¿Aún quieres venir? —pregunta amable.

—Sí, claro, desde luego.

Me esfuerzo en vano por contener un bostezo.

—Vaya, un artilugio impresionante —dice, señalando el portátil.

Mierda.

—Ah, ¿esto? —digo haciéndome un poco el tonto.

¿Se lo olerá mamá? Parece que se ha vuelto más perspicaz desde que tengo «novio».

—Me lo ha prestado Jongin. Pensé que podría pilotar una nave espacial con él, pero solo lo uso para enviar correos y navegar por internet.

En serio, no es nada. Mirándome con recelo, se sienta en la cama y me coloca un mechón de pelo suelto detrás de la oreja.

—¿Te ha escrito?

Mierda, mierda.

—Sí.

Esta vez no sé hacerme el tonto, y me sonrojo.

—A lo mejor te echa de menos, ¿no?

—Eso espero, mamá.

—¿Qué te dice?

Mierda, mierda, mierda. Busco desesperadamente algo de ese correo que pueda contarle a mi madre. No creo que le apetezca oír hablar de amos, ni de bondage y mordazas, claro que el acuerdo de confidencialidad tampoco me permite contárselo.

—Me ha dicho que me divierta, pero no demasiado.

—Parece razonable. Te dejo para que te arregles, cielo. —Se inclina y me besa en la frente—. Me alegro mucho de que hayas venido, Lu. Me encanta tenerte aquí.

Y, después de tan afectuosa declaración, se va.

Uf, Jongin y razonable… dos conceptos que siempre había creído incompatibles; aunque, después del último correo, igual todo es posible. Meneo la cabeza. Necesito tiempo para digerir sus palabras. Hasta después de la cena… tal vez entonces le pueda responder. Salgo de la cama, me quito rápidamente la camiseta y los pantalones cortos y me dirijo a la ducha.

Me he traído el atuendo gris de Tae con la espalda descubierta que llevé en la graduación. Es la única prenda de vestir que metí en la mochila. Lo bueno de la humedad es que las arrugas han desaparecido, así que creo que me lo pondré para ir al club de golf. Mientras me visto, abro el portátil. No hay nada nuevo de Jongin y siento una punzada de desilusión. Muy rápido, le escribo un correo.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:08 EST Para: Kim Jongin Asunto: ¿Elocuente?
Señor, eres un escritor elocuente. Tengo que ir a cenar al club de golf de  Yunsu  y, para que lo sepas, estoy poniendo los ojos en blanco solo de pensarlo. Pero, de momento, tú y tu mano suelta estáis muy lejos de mí. Me ha encantado tu correo. Te contesto en cuanto pueda. Ya te echo de menos. Disfruta de tu tarde.
Tu Lu

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 16:10 Para: Xiao Luhan Asunto: Su trasero
Querido Joven Xiao: Me tiene distraído el asunto de este correo. Huelga decir que, de momento, está a salvo. Disfrute de la cena. Yo también le echo de menos, sobre todo su trasero y esa lengua viperina suya. Mi tarde será aburrida y solo me la alegrará pensar en usted y en sus ojos en blanco. Creo que fue usted quien juiciosamente me hizo ver que también yo tengo esa horrenda costumbre.
Kim Jongin Presidente que acostumbra a poner los ojos en blanco, de Kim Enterprises Holdings, Inc. 
   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:14 EST Para: Kim Jongin Asunto: Ojos en blanco
Querido señor Kim: Deja de mandarme correos. Intento arreglarme para la cena. Me distraes mucho, hasta cuando estás en la otra punta del país. Y sí, ¿quién te da unos azotes a ti cuando eres tú el que pone los ojos en blanco?
Tu Lu

 

Le doy a la tecla de envío e inmediatamente me viene a la cabeza la imagen de esa bruja malvada de la señora Park. No quiero ni imaginarlo. A Jongin golpeado por alguien de la edad de mi madre; qué barbaridad. Una vez más me pregunto cuánto daño le habrá hecho esa mujer. Aprieto los labios de rabia. Necesito un muñeco al que clavarle alfileres; igual así logro descargar parte de la ira que siento por esa desconocida.



   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 16:18 Para: Xiao Luhan Asunto: Su trasero
Querido joven Xiai: Me gusta más mi asunto que el tuyo, en muchos sentidos. Por suerte, soy el dueño de mi propio destino y nadie me castiga. Salvo mi madre, de vez en cuando, y el doctor Flynn, claro. Y tú.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:22 EST Para: Kim Jongin Asunto: ¿Castigarte yo?
Querido señor:¿Cuándo he tenido yo valor de castigarle, señor Kim? Me parece que me confunde con otro, lo cual resulta preocupante. En serio, tengo que arreglarme.
Tu Lu

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 16:25 Para: Xiao Luhan Asunto: Tu trasero
Querido joven Xiao: Lo hace constantemente por escrito. ¿Me deja que le suba la cremallera del traje?
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

Por alguna extraña razón, sus palabras saltan de la pantalla y me hacen jadear. Oh… está juguetón.



   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:28 EST Para: Kim Jongin Asunto  Para mayores de 18 años
Preferiría que me lo bajaras.

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 16:31 Para: Xiao Luhan Asunto : Cuidado con lo que deseas…
YO TAMBIÉN.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:33 EST Para: Kim Jongin Asunto: Jadeando
Muy despacio…

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2014 16:35 Para: Xiao Luhan Asunto : Gruñendo
Ojalá estuviera allí.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:37 EST Para: Kim Jongin Asunto: Gimiendo
OJALÁ.
—¡Lu!

Mi madre me llama y doy un respingo. Mierda. ¿Por qué me siento tan culpable?

—Ya voy, mamá.

 De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2015 19:39 EST Para: Kim Jongin Asunto: Gimiendo
Tengo que irme. Hasta luego, nene.

 

Salgo corriendo al pasillo, donde me esperan Yunsu y mi madre. Esta frunce el ceño.

—Cariño… ¿te encuentras bien? Te veo un poco acalorado.

—Estoy bien, mamá.

—Estás precioso, cariño.

—Ah, este traje es de Tae. ¿Te gusta?

Frunce el ceño aún más.

—¿Por qué llevas un traje de Tae?

Oh… no.

—Pues porque a él este no le gusta y a mí sí —improviso.

Me escudriña mientras Yunsu rezuma impaciencia con su mirada de perrillo faldero hambriento.

—Mañana te llevo de compras —dice.

—Ay, mamá, no hace falta. Tengo mucha ropa.

—¿Es que no puedo hacer algo por mi hijo? Venga, que Yunsu está muerto de hambre.

—Cierto —gimotea Yunsu, frotándose el estómago y poniendo carita de pena.

Río como un bobo cuando él pone los ojos en blanco, y luego salimos por la puerta.


  

 

Más tarde, mientras estoy en la ducha refrescándome bajo el agua tibia, pienso en lo mucho que ha cambiado mi madre. En la cena ha estado en su elemento: divertida y coqueta, rodeada de montones de amigos del club de golf. Yunsu se ha mostrado cariñoso y atento. Parece que se llevan bien. Me alegro mucho por mi madre. Significa que puedo dejar de preocuparme por ella y de cuestionar sus decisiones, y olvidar los días oscuros del marido número tres. Yunsu le va a durar. Además, ahora me da buenos consejos. ¿Cuándo ha empezado a suceder eso? Desde que conocí a Jongin. ¿Y eso por qué?

Cuando termino, me seco rápidamente, ansioso por volver con Jongin. Hay un correo esperándome, enviado justo después de que me fuera a cenar, hace un par de horas.



   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2015 16:41  Para: Xiao Luhan  Asunto: Plagio
Me has robado la frase.  Y me has dejado colgado. Disfruta de la cena.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2014 22:18 EST Para: Kim Jongin Asunto: Mira quién habla
Señor, si no recuerdo mal, la frase era de Minho.¿Sigues colgado?
Tu Lu

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2015 19:22  Para: Xiao Luhan  Asunto: Pendiente
joven Xiao : Ha vuelto. Se ha ido tan de repente… justo cuando la cosa empezaba a ponerse interesante. Minho no es muy original. Le habrá robado esa frase a alguien. ¿Qué tal la cena?
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2014 22:26 EST Para: Kim Jongin Asunto: ¿Pendiente?
La cena me ha llenado; te gustará saber que he comido hasta hartarme. ¿Se estaba poniendo interesante? ¿En serio?

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2015 19:30  Para: Xiao Luhan  Asunto: Pendiente, sin duda
¿Te estás haciendo el tonto? Me parece que acababas de pedirme que te bajara la cremallera del pantalón. Y yo estaba deseando hacerlo. Me alegra saber que estás comiendo bien.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2014 22:36 EST Para: Kim Jongin Asunto: Bueno, siempre nos queda el fin de semana
Pues claro que como… Solo la incertidumbre que siento cuando estoy contigo me quita el apetito. Y yo jamás me haría el tonto, señor Kim. Seguramente ya te habrás dado cuenta. ;)

   De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2015 19:40  Para: Xiao Luhan  Asunto: Estoy impaciente
Lo tendré presente, joven Xiao, y, por supuesto, utilizaré esa información en mi beneficio. Lamento saber que le quito el apetito. Pensaba que tenía un efecto más concupiscente en usted. Eso me ha pasado a mí también, y bien placentero que ha sido. Espero impaciente la próxima ocasión.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2014 22:36 EST Para: Kim Jongin Asunto: Flexibilidad léxica
¿Has estado echando mano otra vez al diccionario de sinónimos?

De: Kim Jongin Fecha: 31 de junio de 2015 19:40  Para: Xiao Luhan  Asunto: Me ha pillado

 Qué bien me conoce, joven Xiao .Voy a cenar con una vieja amistad, así que estaré conduciendo.

Hasta luego, baby©.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

¿Qué vieja amistad? No sabía que Jongin tuviera viejas amistades, salvo… ella. Miro ceñudo la pantalla. ¿Por qué tiene que seguir viéndola? Sufro un repentino y agudo ataque de celos. Quiero atizarle a algo, preferiblemente a la señora Park. Furioso, apago el portátil y me meto en la cama.

Debería contestar su largo correo de esta mañana, pero de pronto estoy demasiado enfadado. ¿Por qué no la ve como lo que es: una pederasta? Apago la luz, furibundo, y me quedo mirando a la oscuridad. ¿Cómo se atrevió esa mujer? ¿Cómo osó aprovecharse de un adolescente vulnerable? ¿Seguirá haciéndolo? ¿Por qué lo dejaron? Se me pasan por la cabeza varios escenarios posibles: si fue él quien se hartó de ella, entonces ¿por qué continúan siendo amigos?; o bien fue ella la que se hartó. ¿Estará casada? ¿Divorciada? Dios. ¿Tendrá hijos? ¿Tendrá algún hijo de Jongin? Mi subconsciente asoma su feo rostro, me sonríe lasciva, y yo me quedo pasmado y asqueado solo de pensarlo. ¿Sabrá de ella el doctor Flynn?

Me obligo a salir de la cama y vuelvo a encender el cacharro infernal. Tengo una misión que cumplir. Tamborileo los dedos impaciente mientras espero a que aparezca la pantalla azul. Entro en la sección de imágenes de Google y tecleo «Kim Jongin» en el recuadro de búsqueda. La pantalla se llena de pronto de imágenes de Jongin: con corbata negra, trajeado, Dios… las fotos que tomó Sehun en el Heathman, con su camisa blanca y sus pantalones de franela. ¿Cómo han llegado esas imágenes a internet? Vaya, está fenomenal.

Voy bajando deprisa: algunas con socios comerciales, y una foto tras otra del hombre más fotogénico que conozco íntimamente. ¿Íntimamente? ¿Conozco a Jongin íntimamente? Lo conozco sexualmente, y deduzco que aún me queda mucho por descubrir en ese aspecto. Sé que es voluble, difícil, divertido, frío, cariñoso… el pobre es un amasijo ambulante de contradicciones. Paso a la siguiente página y recuerdo que Tae mencionó que no había podido encontrar ninguna foto suya con acompañante, de ahí que planteara la pregunta de si era gay. Entonces, en la tercera página, veo una foto mía, con él, en mi graduación. Su única foto con un joven, y soy yo.

¡Madre mía! ¡Estoy en Google! Nos miro. Parezco sorprendido por la cámara, nervioso, descolocado. Eso fue justo antes de que accediera a probar. Jongin, en cambio, está guapísimo, sereno, y lleva esa corbata… Lo contemplo, ese rostro hermoso, un rostro hermoso que podría estar mirando ahora mismo a la maldita señora Park. Guardo la foto en mi carpeta de descargas y sigo repasando las dieciocho páginas… nada. No voy a encontrar a la señora Park en Google. Pero necesito saber si está con ella. Le escribo un correo rápido a Jongin.



   De: Xiao Luhan Fecha: 31 de junio de 2014 22:36 EST Para: Kim Jongin Asunto: : Compañeros de cena apropiados
Espero que esa amistad tuya y tú hayáis pasado una velada agradable.
Lu
P.D.: ¿Era la señora Park?
Le doy a la tecla de envío y vuelvo a la cama desanimado, decidido a preguntarle a Jongin por su relación con esa mujer. Por un lado, estoy desesperado por saber más; por otro, quiero olvidar que me lo ha contado. Y encima me ha venido la regla, así que tengo que acordarme de tomarme la píldora por la mañana. Programo rápidamente una alarma en el calendario del BlackBerry. Lo dejo en la mesita, me tumbo y, por fin, termino sumiéndome en un sueño inquieto, deseando que estuviéramos en la misma ciudad, no a casi cinco mil kilómetros de distancia.


 

Después de una mañana de compras y otra tarde de playa, mi madre ha decidido que deberíamos salir de copas esta noche. Así que dejamos a Yunsu delante del televisor, y al rato ya estamos en el lujoso bar del hotel más exclusivo de Ongji-gun. Yo voy por el segundo Cosmopolitan; mi madre, por el tercero. Continúa desvelándome su percepción del frágil ego masculino. Resulta desconcertante.

—Verás, Lu, los hombres piensan que todo lo que sale de la boca de una mujer es un problema que hay que resolver. No se enteran de que lo que nos gusta es darles vueltas a las cosas, hablar un poco y luego olvidar. A ellos les va más la acción.

—Mamá, ¿por qué me cuentas todo eso? —pregunto sin poder ocultar mi exasperación.

Lleva así todo el día.

—Cariño, te veo tan perdido. Nunca has traído a una chica, ahhh y creo que ya debo acostumbrarme a que no lo harás y bueno tampoco has traído, tu sabes un chico a casa. Ni siquiera tuviste novio cuando vivíamos en Apgujeon. Pensé que habría algo con ese chico que conociste en la universidad, Sehun.

—Mamá, Sehun no es más que un amigo.

—Ya lo sé, cielo, pero pasa algo, y tengo la impresión de que no me lo estás contando todo.

Me mira, con el rostro fruncido de preocupación maternal.

—Necesitaba distanciarme un poco de Jongin para aclararme, nada más. A veces me agobia un poco.

—¿Te agobia?

—Sí. Pero lo echo de menos.

Frunzo el ceño. No he sabido nada de Jongin en todo el día. Ni un correo, nada. Estoy tentado de llamarlo para ver si está bien. Mi mayor temor es que haya tenido un accidente; el segundo mayor temor es que la señora Park haya vuelto a clavarle sus garras. Sé que no es racional, pero, en lo que a ella respecta, parece que he perdido la perspectiva.

—Cariño, tengo que ir al lavabo.

La breve ausencia de mi madre me proporciona otra ocasión para echar un vistazo al BlackBerry. Llevo todo el día mirando a escondidas el correo. Por fin… ¡Jongin me ha contestado!



   De: Kim Jongin Fecha: 1 de julio de 2015 21:40 EST  Para: Xiao Luhan  Asunto: Compañeros de cena
Sí, he cenado con la señora Park. No es más que una vieja amiga, Luhan. Estoy deseando volver a verte. Te echo de menos.
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.

 

En efecto, estaba cenando con ella. Confirmados mis peores temores, noto que la adrenalina y la rabia se apoderan de mi cuerpo y se me eriza el vello. ¿Será posible? Estoy fuera dos días y ya se larga con esa zorra malvada.



   De: Xiao Luhan Fecha: 1 de julio de 2014 21:42 EST Para: Kim Jongin Asunto: VIEJOS compañeros de cena
Esa no es solo una vieja amiga. ¿Ha encontrado ya otro adolescente al que hincarle el diente?¿Te has hecho demasiado mayor para ella?¿Por eso terminó vuestra relación?
Pulso la tecla de envío justo cuando vuelve mi madre.

—Lu, qué pálido estás. ¿Qué ha pasado?

Niego con la cabeza.

—Nada. Vamos a tomarnos otra copa —mascullo malhumorado.

Frunce el ceño, pero alza la vista, llama a uno de los camareros y le señala nuestras copas. Él asiente con la cabeza. Entiende la seña universal de «otra ronda de lo mismo, por favor». Mientras ella hace esto, vuelvo a mirar rápidamente el BlackBerry.



   De: Kim Jongin Fecha: 1 de julio de 2014 21:45 EST  Para: Xiao Luhan  Asunto: Cuidado…
No me apetece hablar de esto por e-mail. ¿Cuántos Cosmopolitan te vas a beber?
Kim Jongin Presidente de Kim Enterprises Holdings, Inc.
Dios mío, está aquí.

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